Los europeos acuden a Lima con la esperanza de que la quinta cumbre euro-latinoamericana sirva para impulsar las negociaciones comerciales que la Unión Europea mantiene con tres grupos de la región, en un momento clave para conjurar el peligro de una recesión mundial.
Aunque no va a ser escenario de nuevas rondas negociadoras, en la capital peruana, donde se celebrará la cumbre los días 16 y 17 de mayo, los jefes de estado o gobierno pueden imprimir a los tres procesos, si hay voluntad para ello, los estímulos necesarios para hacerlos avanzar con éxito hacia la meta de 2009.
Aunque no va a ser escenario de nuevas rondas negociadoras, en la capital peruana, donde se celebrará la cumbre los días 16 y 17 de mayo, los jefes de estado o gobierno pueden imprimir a los tres procesos, si hay voluntad para ello, los estímulos necesarios para hacerlos avanzar con éxito hacia la meta de 2009.
La Comisión Europea, que representa a los 27 miembros de la UE, negocia desde octubre pasado sendos acuerdos de asociación con los países centroamericanos (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, y Panamá), por un lado, y con la Comunidad Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú), por otro.
También negocia desde el año 1999 otro acuerdo de asociación "interregional" con el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), grupo al que Venezuela está en proceso de adhesión.
Mientras las negociaciones de los dos primeros están resultando "bastante exitosas", y al cabo de tres rondas han alcanzado ya "una buena velocidad de crucero" según un alto funcionario del Consejo de la UE, las conversaciones con Mercosur se encuentran en la práctica "congeladas" desde octubre de 2004.
De los tres capítulos de que constan estos ambiciosos acuerdos de asociación, diálogo político, comercio y cooperación para el desarrollo sólo queda por concluir con el grupo Mercosur el relativo a la liberalización comercial.
Ambas partes decidieron suspender estas negociaciones a la espera de ver qué ocurría en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC) con la Ronda multilateral de Doha.
Se trataba de evitar que algunos pasaran "dos veces por caja", es decir, que obtuvieran ventajas, sobre todo agrícolas, por partida doble: primero en las negociaciones regionales y después en las multilaterales.
Los europeos no renuncian, pese a todo, a que de Lima pueda salir una fecha para la "reactivación" de las negociaciones UE-Mercosur, para lo cual tanto Brasil como Argentina deberían dar señales positivas en la capital peruana.
Desde la óptica europea "reactivar" no significa que las partes tengan que presentar nuevas ofertas comerciales, sino empezar a buscar ya un paquete global, que comprenda, por supuesto, la agricultura pero también los productos industriales y los servicios e inversiones, en donde las concesiones de unos y otros queden compensadas.
En una comparecencia esta semana ante los medios de comunicación en Bruselas, el comisario europeo de Comercio, el británico Peter Mandelson, ha anunciado la intención de la UE de "aprovechar la cumbre de Lima para subrayar el vínculo que existe entre el comercio y el desarrollo".
"En estos momentos de incertidumbre económica es muy importante recordar el carácter tan preciado de las relaciones comerciales", ha dicho el negociador jefe europeo.
"Pese a las diferencias", argumenta Mandelson, "todos los países de Latinoamérica deben hacer frente a desafíos similares: luchar contra la pobreza, crear empleos y asegurar un desarrollo sostenible, y hay una dimensión comercial en todos esos retos".
"Ceder al proteccionismo no eliminará las incertidumbres, al contrario, volverá la solución todavía más difícil".
La UE es el primer inversor y el primer donante de ayuda al desarrollo en Latinoamérica, y el segundo socio comercial (por detrás de Estados Unidos).
Europa hace valer que sus importaciones procedentes de Latinoamérica y el Caribe ha registrado un crecimiento del 10 por ciento anual en los últimos años.
Desde la entrada en vigor de los dos primeros acuerdos de libre comercio con México (2000) y Chile (2005), los intercambios con esos países se han incrementado a un ritmo del 50 por ciento anual.
Por otro lado, los países latinoamericanos deben hacer frente a la desaceleración del crecimiento en Estados Unidos, por lo que "unas relaciones comerciales más intensas entre ellos y con la Unión les permitirá avanzar en la necesaria diversificación", advierte el comisario.
Indirectamente, la Comisión Europea espera también que la cumbre euro-latinoamericana de Lima permita "dar un impulso" a las negociaciones comerciales multilaterales de la Ronda de Doha.
"La semana que viene en Lima, en torno a la mesa se encontrarán países que van a desempeñar un papel decisivo a la hora de buscar ese acuerdo (sobre Doha)", ha señalado el comisario Mandelson.
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